Un Mundo No Tan Oscuro 1.13

Capitulo 13: Lobos y Motores

Roke es el segundo y, a diferencia de la c ñorita anterior, no tendra que recurrir a rituales extraños para conseguir una audiencia con la persona que busca. No, el club de los moteros Hounds of Abyss era famoso por dos cosas: su falta de sutilidad y la brutalidad de sus actos.
Los MC adoptaron gran popularidad entre los jovenes nacidos en la posguerra. Ya saben, al poder gozar de las actividades que sus padres no pudieron, la nueva generación tiene rienda suelta para tomar su parte de la sociedad. Y los clubes de motociclistas ofrecen exactamente esto: drogas, sexo, violencia, sexo, vehiculos, ¿ya dije sexo? Pues si, mucho de eso. Si, había confrontaciones entre los diversos clubs de vez en cuando, pero con la aprobación de las nuevas leyes y la mano dura del gobierno, el número de estas instituciones se ha limitado a 1 por estado y el que no se quiera ir pues a la plancha. Ya han habido guerras abiertas de motociclistas que normalmente acababan con muerte y destrucción por donde sea que mires. Por suerte, con la voluntaria incorporación de no humanos en las fuerzas de la ley, los conflictos como estos se han disipado con el tiempo. Los clubes han abandonado sus actividades criminales y se han limitado a drogarse y emborracharse en grupo, pelear entre sus miembros y disfrutar del viento en sus caras cuando recorren las autopistas a gran velocidad con sus maquinolas.
Pero estabamos con Roke, quien por suerte tuvo que detenerse a cumplir sus necesidades fisiológicas (a cagar, pues) y que al momento de terminar esta oración ya ha llegado al bar donde los Hounds of Abyss usualmente se reunen. Entre ellos, su hermano: Big Boy Bob. Y os preguntareis por que ese nombre tan peculiar. Pues por su aspecto de regordete, no hay mucho mas misterio. Despues de visitar todo restaurante de bufette libre que hay en el país, cualquiera consigue esa panza. Y es que los licanos gordicos no son muy comunes por eso de que se caracterizan por ser agiles depredadores. Pues de todo hay en la viña del señor, siempre y cuando se use fertilizante de calidad. En fin.
Roke llego a la entrada del club, la cual no tenía guardias por eso de que los Hounds son los mas temibles del lugar y nadie cuerdo se metería con ellos. El olor a alcohol se sentía incluso a través de la puerta, era uno fuerte de esos que Roke aún no había probado. Pensó bastante en si entrar o no. La relación con su hermano no era la mejor. No se llevaron especialmente bien en su niñez, tal vez porque se pasaban 10 años (18 y 28 respectivamente). Luego de que Bob se independizara no mantuvieron mayor contacto ni solían hablarse. Practicamente no se conocerían de no ser por su madre quien insistía en que se llevaran bien. Sin embargo su deseo duro poco porque, mas alla de saber de la actualidad del otro, no se relacionaban mas. Roke no estaría allí en ese momento si no fuese por una buena razón, y la razón era mas que indicada.
Manteniendo su forma lobo, pues siempre se ha sentido más comodo en ella (al igual que todo licano), procedió a entrar al lugar preparandose para desviar su mirada y evitar botellas arrojadas. El olor a escabio no hizo más que hacerse mas fuerte a medida que el joven avanzaba. Cuando cruzó el umbral del pasillo a la sala principal, sus sospechas de encontrar a unas bestias se confirmaron. A donde alcanzaba la vista había gente lobo tragando cosas en los tres estados en la materia (de hecho, el humo no era muy abrumador, lo que indicaba que la "reunión" había iniciado hace poco), jugando dardos o videojuegos y viendo televisión mientras gritaban y otros subiendo escaleras arriba para jugar otro tipo de juegos. Roke no pudo evitar sentirse incomodo. Le gustaba la fiesta, si, pero no a esos niveles, ¿sabes? Incluso volvió a su forma humana sin darse cuenta por la concentración rota debido a observar el momento. Roke se preguntó varias cosas. Número 1: si él mismo terminaría haciendo esas cosas si continuaba con su asistencia a fiestas (seguramente, le dijo una voz en su interior). Número 2: si su difunto amigo Tablin, quien estaba en proceso de unirse al club, había participado en estos actos (no es muy probable, le dijo la voz, principalmente porque el hígado de su colega no solía resistir estas cosas). Y número 3: si todos los moteros eran así. Bestias en estado salvaje que se entregan a sus instintos más primitivos al disfrutar de la liberación que supone desprenderse de las ataduras actuales... ay no, ya empece a divagar de nuevo, verdad? Lo siento. Sigamos.
Las dudas existenciales de Roke se vieron interrumpidas cuando un licano masculino, chorreando cerveza por la boca y sosteniendo torpemente la jarra cuyo contenido derramaba, le dirigió la palabra.
-¿Tu que, chico? -dijo claramente borracho, pues su voz ronca lo delataba.
Roke no pudo evitar sobresaltarse ligeramente. En cuanto volvió en si, regresó a su forma lobo y se aclaró la garganta.
-Tengo que hablar con tu jefe -dijo alto y claro.
Su receptor apenas se mantenía de pie. Sus ojos se apretaban indicando que su visión estaba fallando posiblemente por su previo consumo desmesurado de alcohol. Ladeó la cabeza al escuchar la pregunta. Puede que se estuviese poniendo ciego, pero la biología licana le permitía conservar la conciencia y comprender la interrogante que le habían hecho.
-Nadie ve al jefe -dijo tambaleandose- y menos si no tiene la ropa.
Al decir esto, derramó algo mas del liquido amarillento de su jarra. Roke dio un paso atras, pero se reincorporó rapidamente.
-Me hablara a mi -dijo aún firme.
El licano le metió otro trago grande a su bebida mientras escuchaba lo que decía el recien llegado, volviendo a chorrear su boca.
-¿Y quien eres tú, un policía? -dijo tambaleandose aún mas.
-No -dijo una voz grave que se escuchó en toda la sala.
El dueño de la voz emergió del asiento en el que estaba, haciendo que las hembras acostadas en su pecho se apartaran. Lo mismo hizo el borracho, quien se alejo para permitir el paso de su líder. Así es: Big Boy Bob se había levantado. Sus orejas, hocico, cola y garras eran completamente intimidantes. Su chaquete de los Hounds of Abyss con franjas doradas en vez de negras representaban su posición de alfa. Sus pantalones estaban desgarrados, dejando salir el bello de sus rellenas piernas. Y su panzota y sus cachetes, que parecían mas bien malformidades que productos de la obesidad, rompían un poco con el aspecto intimidante que conte recien.
-Es mi maldito hermano -dijo mirando a Roke.
Este tragó saliva. No porque estuviera nervioso, estaba acostumbrado a lidiar con su hermano. Sino porque quería tener la boca lista para contestar efectivamente las palabras del motero.
A medida que Triple B avanzaba, todos los presentes lo miraban con atención. Algunos sacaban sus moviles y avisaban a los de arriba lo que estaba pasando, sin importarles mucho que estuvieran en pleno acto de apareamiento. Y es que cuando Big Boy Bob hacía muestra de su poderío era un verdadero espectaculo. Una vez había provocado una contusión solo con golpear con el dedo. Otra había levantado un camion maderero cargado a full con un solo brazo. Su cola también tenía cierta fuerza, hasta el punto en que había roto dientes con sus golpes. Estos actos y muchos otros le habían valido el razo de líder del club, así como su capacidad de arrancar colas y estrangular con las mismas.
-Me sorpende verte aqui, Roke. Creía que estarías llorando en tu cucha a esta hora.
Las risas de los ebrios se dejaron escuchar por el tono burlón del motero alfa. Roke se mantuvo firme. Traía sin cuidado las estupideces de su hermano.
-No soy mucho de llora, y lo sabes. ¿Cuantas veces lo hice cuando me golpeabas hace años?
Un fuerte "uuuhhh" se hizo escuchar, acompañado de algun ladrido suelto.
-Jajaja, buenos tiempos aquellos. -dijo el gordo cruzando los brazos. -De todos modos, ¿que haces aqui? Este no es tu ambiente que digamos.
Los habitantes de la sala prestaban cada vez más atención al suceso. Sus mensajes anteriores habían surtido efecto y provocaron que la gente de arriba, sin molestarse en ponerse los pantalones conformandose con una sabana, salieran de sus habitaciones pausando el coito y observaran atentamente desde las escaleras. El texto de sus compañeros era bastante claro pese a su caligrafía: "EL JEFE EZTA PORPE GARLE AUN PENDEJKO!". Roke no bajó la guardia ni se inmutó por ninguna palabra que escupía su hermano. Su objetivo estaba claro y se enfocaba solamente en eso. Solto la frase sin pelos en la lengua:
-Vine a pedir ayuda, para encontrar al responsable de lo de anoche.
Los moteros mas sobrios no dijeron ni mu. Los borrachos y drogados soltaron sus risitas. Bob vibró los labios.
-Ja. ¿Cómo sabes que eso tuvo un responsable? -dijo arqueando una ceja.
-Porque no soy estupido como tú, por eso. Además no viste lo que yo. -dijo Roke de forma tranquila y seria.
Pese a que su intención no era ser gracioso, las risas y gruñidos se oían de todas formas. En las manadas es común que por instinto se quiera proteger al alfa y mantener su autoridad. Y este instinto lo poseían los licantropos. Bob mostró sus afilados dientes en una sonrisa intimidante.
-Te entiendo, chico. Buscas culpables porque no puedes lidiar con la pérdida de tus amigos.
Robert Jr era un hijo de puta (sin ofender a Freya) que sabía donde atacar emocionalmente. Se sabía El Arte de la Guerra de memoria.
-¿Cómo se llamaban? Vaas, Klad...
El gordico fue interrumpido por su pariente.
-No te atrevas a mencionarlos -dijo Roke sacando las garras.
Su contrincante, lejos de sentirse intimidado, dio un paso al frente.
-¿O qué? ¿Morderas mi cola?
Esa frase fue suficiente para colmar la paciencia del joven, ya que se refería a cuando pelaban de niños. Roke deseaba con todas sus fuerzas abalanzarse sobre su hermano, arrancarle el corazón y esas cosas. Pero no estaba ahí para pelear, sino para conseguir apoyo. Así que en vez de ceder a su ánsia salvaje, miró a su alrededor y pensón un monólogo rapido. Cuando supo más o menos que iba a decir, adquirió confianza y sonrió.
-¿Sabes, hermano? La Peda Fantastica es una fiesta muy grande. Tanto que... me sorprendería que minimo 1 miembro de tu club no hubiese ido. O peor, un familiar de los que estan aqui.
Roke movió la cabeza y se dirigió a los moteros.
-¿Por eso tanto alcohol? ¿Porque los ayuda a lidiar con la pérdida?
Los interrogados se quedaron callados, pues tenía razón. Roke tomó aire y se dispuso a continuar.
-Yo estuve ahí. Vi los cuerpos. Y pueden creerme cuando les digo que no murieron bonito. Saben que alguien fue responsable, que no fue un accidente y pueden hacer algo al respecto. -Roke se dirigió de vuelta a su hermano. -TÚ puedes hacer algo al respecto.
El joven le dijo en voz baja:
-Si no vas a hacerlo por mi, hazlo por ellos.
Big Boy Bob se quedó callado. Miró a sus moteros quienes estaban pensativos. Algunos parecían a punto de llorar. El líder tomó aliento.
-¿Quien crees que fue?
Roke le respondió sin más.
-El Padre Blackwood.
En el momento en que la última palabra salió de su hocico, los presentes que antes estaban callados empezaron a rugir y aullar con rabia. Su alfa no fue la excepción.
-Odio mucho a ese tipo. -dijo Bob con voz profunda. -¿Tienes un plan?
Roke estaba preparado para responder esa pregunta.
-Esperaba que pudieras movilizar a tu gente y encontrar cualquier cosa que pudiera incriminarlo. Estoy seguro de que sabes como hacer eso más que yo.
Bob sonrió y volvió a mirar a los lados.
-Es una buena idea, pero no creo que podamos iniciar hoy. Espera...
El alfa se volteo para dirigirse a su manada.
-¡Hounds! ¿Quien esta en condiciones de conducir?
Todos levantaron la mano gritando "yo, yo". Bob los bajó de la nube.
-Honestamente.
Al escuchar esto, todos bajaron la mano y miraron a otro lado. Excepto 1. El mismo que recibió a Roke al principio.
-Yo si, señor -dijo con hipo al final. El gordo lo miró incrédulo.
-¿De veras? -Un "si, señor" fue su respuesta.
Triple B no le creyó en ningún momento.
-Aulla. -le ordenó. El licano lo miró confundido.
-¿Por qué quiere que...?
-Aulla. -le dijo su líder con voz profunda.
El motero siguió la orden con nerviosismo. Sabía lo que su alfa quería que pasara y efectivamente eso paso. En el momento en el que se dispuso a efectuar su aullido, la bilis le subió por la faringe y echó todo lo que pudo en forma de vomito. Las risas explotaron. Hasta Roke soltó una risita.. Sus sospechas se confirmaron.
-Hecho. -dijo Bob. -Iniciaremos mañana a primera hora. Buscaremos todo lo que pueda hundir a ese anciano racista y su asquerosa iglesia.
Los moteros levantaron sus jarras y festejaron a los gritos. El vomitón bebía de su trago tratando de recuperar lo perdido, solo para echarlo poco despues.
-Bueno, supongo que ya esta. -dijo Roke preparandose para irse.
-Te acompaño a la puerta, -dijo su hermano. -Tú limpia ese desastre. -le dijo al vomitón quien seguía recuperandose.
Bob y Roke salieron del bar. El primero prendió un cigarrillo y le hablo al segundo.
-Conocí a Táblin. Era un buen chico. Hubiese sido genial tenerlo en el club. -dijo el lobo entre bocanadas de humo.
Roke bajó la cabeza sin decir nada y limitandose a asentir. Robert Jr volvió a hablar.
-¿De verdad crees que fue Blackwood?
Roke le respondió.
-Por lo que he oído es lo mas probable. Además vi a alguien. En las pantallas. Llevaba una máscara de cuencas vacías. ¿Te suena?
Esto último lo dijo mirandolo. Big Boy Bob pensó un momento.
-Puede ser. Lo investigaremos.
Su conversación se vio interrumpida por el sonido del móvil del motero. Este se fijó quien era.
-Es mamá.
Roke se preocupó. Seguramente le recriminaría el haber salido de casa sin decir nada. Su hermano contestó.
-¿Hola? ¿Si, mamá? Si, esta aqui conmigo. Esta bien. -Bob le tendió el teléfono a su hermano.
-Quiere hablar contigo.
Roke tomó el móvil con cierto temor. Al acercarlo a su oreja y decir un pequeño "hola", la avalancha de gritos de su madre lo aturdió. Nerviosa le decía "HIJO, DONDE TE FUISTE, POR QUÉ NO AVISASTE, DONDE ESTUVISTE", etc. Vagamente podía el joven entender lo que su progenitora gritaba.
-Mamá... mamá, calmate... -le imploraba Roke.
Big Boy Bob soltó una risa. Ambos le temían a su madre cuando se enojaba. Y por ende disfrutaban cuando el otro recibía esa ira maternal.

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