Un Mundo No Tan Oscuro 2.4
Capitulo 4: Estudio Propio
Dorothy no ha podido ni dormir. Durante las noches siguientes a la revelación de su hermana, la joven ha investigado sin descansar en el ordenador, manteniendose despierta gracias a hechizos antisueño y café. Litros y litros de café. Ha respondido los mensajes de sus padres con menos palabras y más pulgares arriba y solo se ha apartado del ordenador para comer (pues sus hechizos de aparición de comida han dado resultados cuanto menos indigeribles) e ir al baño. Pese a la magia y la cafeína, las bolsas en sus ojos reflejan su exhaustivo. Parece como si hubiese peleado mano a mano en el centro clandestino, donde se gana dinero fácil a cambio de unos moretones.
Ni siquiera los foros más profundos de la deep web le han dado respuesta a Dorothy. Sea quien sea este individo Whittman, o no quiere que lo descubran y se ha asegurado de eliminar toda información suya de la red por más minima e infima que sea, o directamente no existe y se está siguiendo una pista falsa. Sin embargo, pese a que la persona en sí no aparezca, su organización si. El culto del que sus padres le hablaron, los Hijos de Abadon, han sido buscados tanto por Dorothy como por su hermana y su gente, quienes no han encontrado nada que no haya pasado hace 30 años antes de la extinción del grupo debido a la desaparición, suicidio o ejecución de todos sus miembros, quienes planeaban infiltrarse en laboratorios donde se estudiaban enfermedades mortales y liberar las mismas en todo el mundo.
Este grupo no estaba en contra de una raza o grupo específico, sino que su meta era la extinción de todo, guíados por su propia biblia de mas de 200 páginas que habla de un profeta oscuro como si fuese su propio Jesús. Como dije, el culto fue desmantelado, pero los señores Dwilbur le resaltaron a su hija que gran cantidad de miembros, entre ellos los mandamases de las grandes esferas, simplemente desaparecieron. ¿Podría ser que, al predecir su inevitable caída, causada por traidores y mala organización, los líderes de la organización se hubiesen escondido del ojo público posiblemente viajando a otros países o incluso realidades para reaundar sus operaciones oscuras cuando el mundo ya no los recordase?
Eso creía la familia Dwilbur, pero no tenían pruebas concretas para afirmarlo. Al Estado le gusta alardear de la eliminación de organizaciones malignas y decirles que una de esas es la responsable de una de las peores tragedias de la post-guerra (por no decir la peor de todas) sin pruebas irrefutables, puede causar cuanto menos una ira irrefrenable en una entidad que ya de por si es fácil de irritar.
Así que Dorothy buscará y buscará la verdad, pues no puede permitir que las muertes de sus amigos queden impunes. Aún si tiene que hablar con demonios oscuros y burlones pero que siempre dicen la verdad, Dorothy va a encontrar a Whittman o cual sea el nombre del responsable y lo hará pagar violentamente. Estos son los pensamientos de la prebruja antes de dejar caer su cabeza en el teclado, derrotada por el cansancio y derramando su café y su varita en el blanco suelo. Mientras ronca, algo se activa en su computadora. Algo que no logra oír. Una notificación de que la cámara de su ordenador está siendo hackeada y una cuenta regresiva para hacer algo al respecto que llegará a cero.
Ni siquiera los foros más profundos de la deep web le han dado respuesta a Dorothy. Sea quien sea este individo Whittman, o no quiere que lo descubran y se ha asegurado de eliminar toda información suya de la red por más minima e infima que sea, o directamente no existe y se está siguiendo una pista falsa. Sin embargo, pese a que la persona en sí no aparezca, su organización si. El culto del que sus padres le hablaron, los Hijos de Abadon, han sido buscados tanto por Dorothy como por su hermana y su gente, quienes no han encontrado nada que no haya pasado hace 30 años antes de la extinción del grupo debido a la desaparición, suicidio o ejecución de todos sus miembros, quienes planeaban infiltrarse en laboratorios donde se estudiaban enfermedades mortales y liberar las mismas en todo el mundo.
Este grupo no estaba en contra de una raza o grupo específico, sino que su meta era la extinción de todo, guíados por su propia biblia de mas de 200 páginas que habla de un profeta oscuro como si fuese su propio Jesús. Como dije, el culto fue desmantelado, pero los señores Dwilbur le resaltaron a su hija que gran cantidad de miembros, entre ellos los mandamases de las grandes esferas, simplemente desaparecieron. ¿Podría ser que, al predecir su inevitable caída, causada por traidores y mala organización, los líderes de la organización se hubiesen escondido del ojo público posiblemente viajando a otros países o incluso realidades para reaundar sus operaciones oscuras cuando el mundo ya no los recordase?
Eso creía la familia Dwilbur, pero no tenían pruebas concretas para afirmarlo. Al Estado le gusta alardear de la eliminación de organizaciones malignas y decirles que una de esas es la responsable de una de las peores tragedias de la post-guerra (por no decir la peor de todas) sin pruebas irrefutables, puede causar cuanto menos una ira irrefrenable en una entidad que ya de por si es fácil de irritar.
Así que Dorothy buscará y buscará la verdad, pues no puede permitir que las muertes de sus amigos queden impunes. Aún si tiene que hablar con demonios oscuros y burlones pero que siempre dicen la verdad, Dorothy va a encontrar a Whittman o cual sea el nombre del responsable y lo hará pagar violentamente. Estos son los pensamientos de la prebruja antes de dejar caer su cabeza en el teclado, derrotada por el cansancio y derramando su café y su varita en el blanco suelo. Mientras ronca, algo se activa en su computadora. Algo que no logra oír. Una notificación de que la cámara de su ordenador está siendo hackeada y una cuenta regresiva para hacer algo al respecto que llegará a cero.
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