Algo en lo que he estado trabajando
(Lo siguiente es un parráfo de una fanfic de Persona 3 en el que he estado trabajando como parte de un proyecto mucho más grande. Me gustó tanto como quedó que quiero publicarlo sin contexto previo. Espero que les guste tanto como a mí. Esta escena ocurre casi a la mitad del juego, después de vencer a los 12 Arcana)
Mientras tanto, en Iwatodai, los hermanos Arisato languidecen en su cuarto compartido, con Kotone deseando que Pharos estuviese presente pues su presencia la tranquilizaba. Minato la respalda y le cuenta sobre la visita nocturna de Aegis, remarcando el hecho de que era la oportunidad perfecta para confesarle todo pero aún así lo dejó pasar por su cobardía. El joven dice no ser tan fuerte como su hermana, cuya actitud alegre siempre le ha abierto puertas mientras que él nunca se ha permitido amar y cuando por primera vez lo hace, lo deja pasar. Su hermana lo corrige, recordándole que su personalidad no es más que una máscara y que ahora lo entiende. Los hermanos se toman de las manos y recuerdan juntos el traumatico accidente con lujo de detalles: ellos dos, solo unos niños, estaban en el asiento trasero del auto de su padre, quien conducía exhausto por el puente Moonlight, deseoso de llevar a su cansada familia a su hogar para dormir. Sin ningun tipo de aviso, un vehículo llegó a toda velocidad y lo chocó desde atrás, causando que perdiese el control y se volcase. Minato fue el primero en despertar y movió a su hermana para que hiciese lo mismo. Los dos repitieron el proceso con sus padres pero estos no respondían. En ese momento, unas manos tomaron a Kotone y la sacaron del auto mientras ambos niños gritaban. Minato fue el siguiente, sin dejar de pedir ayuda a sus padres para que despertarán. No fue hasta ese momento de recordar que Minato notó los pequeños detalles: el cuello de su madre estaba roto y su padre tenía la naríz destrozada, cosas que Kotone nunca supo. Los niños fueron arrastrados por un grupo de hombres de alta estatura, incapaces de liberarse pese a sus forcejeos y pataleadas. Sin embargo, Kotone no se rindió y logró zafarse por un momento para correr de vuelta al auto, una reacción típica de un niño que solo quiere estar con sus padres. Pero Kotone no llegó lejos, pues antes de que pudiese acercarse lo suficiente, el vehículo estalló en una bola de fuego, creando unas llamas que impidieron que pudiese ver los cuerpos carbonizados de sus padres. Kotone ni siquiera vio las llamas, pues la explosión la empujó con una fuerza tal que se desmayó, lo que causó que Minato redoblase sus gritos. Este fue metido en una camioneta junto al cuerpo inconsciente de su hermana y su rostro fue cubierto por una bolsa negra. No dejó de gritar ni por un segundo, gritó hasta que su garganta dolía y su voz se apagaba. Acto seguido, gritó más. Tras lo que pareció una eternidad, la camioneta se detuvo y Minato fue noqueado, despertando al lado de su hermana en lo que parecía un sotano mohoso y abandonado con una ventana en lo alto que dejaba entrar la luz del sol previo al mediodía. Al ver a su hermana, la movió para despertarla, cosa que esta hizo y siendo su primer acto el abrazar a su hermano. Al preguntar por mamá y papá, Kotone fue respondida con una mirada a otro lado de parte de su hermano, lo que causó que llorase. Minato se le unió poco después pero eventualmente entendió que no podían seguir ahí, pues los hombres podrían volver para hacerles cosas horribles. Kotone se reincorporó y buscó por el lugar junto a su hermano algun modo de salir. Una silla que llegase a la ventana, algo fuerte para romper la puerta, una grieta o una abertura. Buscaron y buscaron hasta que notaron que un costado de la pared estaba vacío desde fuera, por lo que lo patearon hasta romperlo y con sus manos desnudas de 11 años crearon un pasadizo desde el cual pudiesen acceder. Kotone fue la primera en deslizarse por el hoyo, seguida de su hermano. Al llegar a un punto en el que pudieron levantarse, los dos niños se tomaron de las manos y corrieron a más no poder todo lo que le permitieron sus cortas piernas. Corrieron y corrieron hasta el rastro de civilización más cercano, eventualmente llegando a un pueblo y contando su historia a las autoridades. Tiempo después descubrirían que el lugar del que habían salido era utilizado por un culto satánico que adoraba a la Señora del Caos Nyx, famosa por secuestrar y sacrificar niños las noches de luna llena. Tras este traumático evento, los hermanos pasaron a un orfanato y de ahí cambiaron constantemente de familias, manteniéndose juntos en todo momento. Eventualmente fueron tomados por una joven pareja a la edad de 16 años y vivieron lejos de Tatsumi, creciendo para adoptar sus personalidades que los ayudaban a lidiar con su trauma. Minato, el siempre callado y distante que pasaba desapercibido cosechando buenas notas en todas las materias. Kotone, la siempre alegre e hiperactiva que solo pasaba de año gracias a los apuntes de su hermano y que cambiaba de pareja cada mes y cosechaba todo tipo de amistades allá donde iba. Tras este viaje por el tren de los recuerdos, los hermanos se abrazaron y Kotone admitió que necesitaba esto. Mirando a su alrededor, recordó todo lo que había logrado desde que se unió al equipo Persona, no solo ella sino su hermano. Hicieron amigos, combatieron monstruos y asesinos y hasta se enamoraron. Kotone no sabe si Minato volverá a ver a Aegis otra vez pero ella está cien por ciento segura de que aprovechará al máximo cada segundo con Yukari y no puede quedarse sin hacer nada mientras sus amigos y su amor cumplen sus responsabilidades. Las palabras de su hermana inspiran a Minato, quien la apoya en sus dichos y se dispone de ahora en más en ayudar a su nueva familia. Tras hacer su saludo de hermanos, el teléfono de la casa suena y Kotone responde. Es el señor Shuji, quien los cita a ambos en el último piso de Tartarus a la medianoche, durante la luna llena y sin armas. Les dice que el resto del equipo los estará esperando y que no se preocupen por los chaosrealmers pues ya han sido tratados. Los hermanos se confunden y esperan a la hora asignada, respondiendo antes de irse a un llamado de Philemon quien les pregunta si la misión ya ha sido un éxito así como los cuestiona por el paradero de Elizabeth pues el resto del equipo y su servidora no lo han contactado. Los hermanos dicen no saber nada y Philemon les advierte de estar preparados pues el Kirijo Group puede tener aún un as en la manga. También les revela algo importante: el clan Arcana fue famoso por servir durante mucho tiempo a la Señora del Caos Nyx, incluso siendo los líderes de sus fuerzas en la invasión del Chaosrealm. A las 00 en punto, los hermanos inician la marcha hasta la torre Tartarus bañados en la luz de la enorme luna llena. Siguiendo el consejo de su maestro, han ocultado sus armas entre sus ropas y se mantienen alerta. Escalando los 12 pisos de la torre y recordando todas las matanzas que llevaron a cabo por culpa de la manipulación del Kirijo Group, los hermanos llegan hasta la cima y se encuentran con la misma escena que sus compañeros. Los cadáveres de los chaosrealmers se encuentran hasta donde alcanza la vista y una figura familiar se posiciona en el centro. Reconociéndola, Minato corre hacia a ella y la abraza, felíz de ver a Aegis otra vez. Sin embargo, su gesto es respondido con un puñetazo en el abdomen tan fuerte que lo desmaya. Kotone corre a auxiliarlo pero Aegis la reduce y noquea de un golpe. Despertando al lado de su hermano, la joven notó que se encontraban en la azotea de la torre, con la luna llena iluminando todo su alrededor. Al mirar por el lugar, vio a sus compañeros crucificados al igual que ella y le gritó a Minato para que despertase, cosa que este hizo. Frente a ellos se presentó Shuji acompañado de una inanimada Aegis que no respondía a los llamados de Minato. El directivo de SEES soltó una risotada, confesando que había manipulado al grupo desde el principio para que cazaran a los traidores Arcana y los quitasen del camino para que su señora pudiese seguir sus planes de conquistar la ciudad. Los hermanos no necesitaban oir el nombre, pues ya sabían de quien se trataba: Nyx, una de las más antiguas Señoras del Caos, estuvo tirando de los hilos todo este tiempo.
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